Start-up: Me gustaría llamar a las cosas por su nombre para poder empezar, y entender los conceptos principales en los cuales estará basado el contenido de este ensayo.
Un start-up siempre nace de una idea que podrá volverse negocio, por lo cual no deberá confundirse como la acción de fundar una empresa o enrolarse en un proyecto para generar una empresa – PyME. Es decir, sí puedes ser emprendedor y aventurarte a un start-up. O bien, ya tener una PyME y ahí alojar el proyecto que tienes en mente. Todo depende de la infraestructura, presupuesto y camino que decidas tomar. Las buenas ideas siempre llegarán lejos teniendo un buen fundamento de negocio, ya que muchas personas que tienen pensamientos brillantes pueden materializar lo que su mente así genera. El camino no es fácil ya que se necesita un presupuesto o plataforma para poder iniciar la creación de lo que vas idealizando, de inicio un inversionista no tendrá la capacidad de leer tu mente para saber que tienes algo que potencialmente puede convertirse en un negocio y darte una cantidad de dinero para poder verlo real.
Al hablar de caminos, podríamos enlistar algunos muy tradicionales como las incubadoras, apoyos gubernamentales, aceleradores de negocio, patrocinadores e incluso una técnica muy tradicional de «relaciones públicas» que actualmente se popularizó como «networking». Cada uno de ellos, tienen diferentes características sobre las personas que estarán apoyándote, la forma de acercarte y sobre todo la forma en la que se irá desarrollando el negocio que tienes en mente. Actualmente hay una dinámica que llama mucho mi atención, pues además de potenciar tu idea metiendo capital; puede irse dando un cuadro de mando integral ya que recopilará información del consumidor, las pruebas sobre tu estrategia y si tu servicio o producto realmente tiene futuro frente al mercado que quieras alcanzar. Esta estrategia se trata de «crowdfounding«, en el cual se deberá hacer documentación de toda tu idea Startup, dejando en claro qué quieres vender, cómo y dejando en claro el valor agregado de tu servicio/producto frente a lo ya existente. Es una forma de inversión que al principio llamaba la atención de pocos, y muchos le tenían miedo, pero poco a poco se ha ido popularizando gracias a productos que existen en el mercado y han llegado a ser líderes en su segmento solamente teniendo una idea brillante que llega a la necesidad del consumidor. Se deben considerar las maneras sobre las cuales se tendrá alcance, ya que una buena idea también debe estar bien comunicada.
¿Y dónde puedo hacer un crowdfound?
La plataforma más popular es Kickstarter, en los cuales hay muchos casos de éxito de los cuales se puede hablar y enlistare a continuación para que, al ser revisado, también puedas generar una idea de lo que te puede esperar en ese camino. Aunque kickstarter es una página global, muchos de sus contenidos están en inglés y también hay opciones nacionales como Fondeadora, en la cual puedes encontrar diferentes tipos de Startups, no solamente de productos y servicios. También hay muchos artistas emergentes que a cambio de dinero dan recompensas; ya que a partir de ello podrán potenciar sus proyectos y verlos materializados de una forma más ágil Actualmente en México existen varias plataformas de financiamiento colectivo bajo la Asociación de plataformas de fondeo colectivo. Como inversionista, este recibe beneficios económicos y no económicos, es decir, puede este obtener de las ganancias a manera tangible, o bien el pago de intereses por prestar su dinero, con esta plataforma la ventaja es que los rendimientos son mayores a los que ofrecen las instituciones tradicionales, y con ello ayudar a que las personas cumplan con sus metas. – “Ayúdame a ayudarte” el invertir en proyecto es un riesgo, nunca sabes que tanta rentabilidad tendrá por los cambios que existan, aún con proyecciones marcadas es difícil mantener la tendencia, pero esta inversión para algunos no corre riesgo ya que se puede invertir desde $250.00 MXN.
Como solicitante se encuentran diferentes perfiles no sólo el perfil del emprendedor, si no también: Desarrollo inmobiliario, solicitante de crédito, beneficiario, creador y microempresario, cada uno busca su beneficio y el que alguien esté interesado en invertir en ellos, por lo cual el tener un objetivo claro de qué es lo que quieres hacer, y hacia dónde te quieres dirigir te facilitará el encontrar un inversionista, ya que mostrando rentabilidad y resultados se vuelve menos complicado el buscar a alguien. Esto nos habla de que no se limita este método para cosas o productos en específico. Claro que cambia o hay variables pues cada idea es diferente y la necesidad de infraestructura siempre puede variar. Pero antes de iniciar, debes de esclarecer qué quieres lograr, a dónde quieres llegar y por supuesto… ¿de qué manera lo vas a hacer realidad? Claro que no existen manuales para llevar tu idea del punto A, al Z, sin embargo hay consideraciones importantes que he ido aprendiendo formando parte de proyectos «startuperos» y también en la fundamentación que tuve que adquirir en su momento de diferentes fuentes como internet, o algunas otras personas que ya lo han intentado (de los cuales, no todos son casos de éxito, lo cual considero que agrega valor al aprendizaje) Primero, deberás de iniciar. Ya pensaste tu idea, y más o menos sabes qué hará, de qué irá o cómo funcionará, pero debes documentarlo. Dicha idea se va a comercializar, ¿cómo la vas a vender? ¿a qué mercado está dirigido? Rodéate de las personas que tú consideres adecuadas según su experiencia y capacidades. No te confundas con el cariño que sientes hacia tus amigos, conocidos o relativos; esto es más preciso que romántico y no deberás desviarte. Contrata personal que cumpla con objetivos que tú no podrás realizar, pero de preferencia solo adquiere horas, o servicios. De esta manera evitarás gastos directos. Asóciate con esa persona que tiene el mismo interés que tú y también irá potenciando la idea en el proceso de realización. Siempre trabajen al máximo, el diferenciador de una persona que está emprendiendo son las horas trabajadas. Un trabajador normal utiliza 40 horas a la semana en promedio a la productividad, al emprender podrías iniciar duplicando dicha cantidad de tiempo.
¡No te enfoques en generar dinero!
Al inicio será complicado y si tu meta es el dinero, realmente será muy complicado alcanzarla.