En las últimas dos décadas, el diseño gráfico en México ha pasado por momentos sumamente complejos. Ha existido confusión en el medio, incongruencias, bastante desinformación y falta de unificación de criterios. En todos estos años, el diseño se ha ido polarizando: Por una parte, se ha ido perdiendo la esencia original y por el otro, los diseñadores profesionales -que por cierto cada vez son menos- ofrecen soluciones que van más allá de los alcances que en un principio planteaba la profesión.
Esto se ve reflejado en la diversidad de la oferta existente en el mercado, desde el contenido hasta la forma y el costo, conceptos mismos que comparativamente oscilan encontrando desde una tienda de la esquina hasta grandes almacenes. No hay establecida prácticamente ninguna de las reglas del juego y ello anula cualquier esfuerzo por establecer parámetros de comparación reales.
Esta amplitud del mercado de la oferta de diseño en México se ha ido complicando y agravando aún más con la proliferación de diseñadores que emergen constantemente de universidades e instituciones, y aquellos que, apoyados únicamente en el uso de computadoras y programas «para diseñar» ejercen la profesión de forma indiscriminada sin ser oficialmente profesionales.
b) Influencia Tecnológica
Uno de los factores que han influido de manera determinante en esta proliferación de diseñadores y en ese desajuste profesional es la constante revolución tecnológica, que modificó las formas de producir y reproducir diseño.
Si bien es cierto que las herramientas digitales aceleran procesos o facilitan tareas, distan de tener capacidad conceptualizadora, creativa o ejecutora de manera metódica, autónoma y profesional. En la práctica diaria, el uso indiscriminado de herramientas tecnológicas hace que cualquier persona que tenga una computadora se pueda sentir diseñador, aunque desconozca todo lo que se acerque a metodología, procedimiento y rigor. No hay que olvidar que ser diseñador gráfico, implica tener sensibilidad, conocimiento y respeto por las formas, el color, las proporciones, el manejo de imágenes, la tipografía y un sinnúmero de tópicos inexistentes intrínsecamente en la tecnología.
c) Los efectos de la crisis económica
Otro de los factores que ha influido en este desorden profesional, son las innumerables crisis de orden económico que, como país y como sociedad, hemos atravesado en este tiempo. De manera general, una crisis es una situación que genera presiones y, estas a su vez, reacciones y respuestas irracionales. el problema al que nos enfrentamos actualmente es que la crisis ya pasó y se convirtió -como por arte de magia- en el modo de vida de casi cada mexicano. Por otro lado, las reacciones irracionales en relación a los costos se convirtieron en normales.
Esto se ve reflejado en que el regateo por parte de los clientes ya no es una práctica común, sino constante, pero no olvidemos que el ejercicio de tal actividad, requiere forzosamente de la complicidad de nuestro gremio.»
El texto anterior es un extracto del libro «Cómo y cuánto cobrar diseño gráfico en México» Una colaboración de Sergio Cuevas, Joan Peypoch y Daniel Salinas. Nos pareció importante compartir parte del tesoro que se encuentra en este libro, pues toca puntos medulares sobre el por qué no existe una verdadera cultura del diseño en México, a pesar de los esfuerzos y grandes diseñadores que han surgido en los últimos 20 años (y desde un poco antes de hecho) en nuestro país. Estos tres puntos tan básicos, son aspectos que rara vez se tienen presentes al contratar los servicios de un diseñador. En México, la sociedad suele ver al diseñador como «un chavo que le sabe a la computadora» o «chavos que saben dibujar muy bien» Por ende, nuestro trabajo y aporte para lograr simplificar la vida de las personas, suele ser infravalorado e incluso no representar ninguna importancia aparente.
De hecho, hace unos días, nos sentamos un momento y nos imaginamos un México en donde no haya tráfico, en donde se realice una verdadera proyección de vialidades, de urbanismo, en donde prevalezca el bienestar por encima de la oportunidad de lucrar… Aunque no lo creas, el diseño toca puntos medulares de intervención en estos sucesos. Sí: El Diseño no es sólo diseño gráfico, no es sólo publicidad, no es sólo moda. El Diseño interviene en prácticamente todos los aspectos de nuestra vida, desde el despertador que interrumpe tu sueño por las mañanas, tu ropa, tu vehículo (o el transporte público) los asientos, las fachadas, los espacios donde pasas tu día, el empaque o tuppers donde portas tu comida, el escritorio donde trabajas, etc. Hasta la cama en la que vas y te duermes nuevamente esperando comenzar un nuevo día. Todo tiene diseño y por ello es sumamente importante para nuestras vidas.
Think about it.
¡Nos leemos pronto!